Tener una buena salud financiera se define como el hecho de contar con el dinero suficiente para cubrir todos los gastos y contar con ahorros que puedan soportar algún imprevisto; así como el mantener el índice de endeudamiento en menos del 30% del valor total de tus ingresos fijos mensuales. 

Para contar con unas finanzas sanas, es necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Haz cuentas: llevar un Excel donde consignes todos tus gastos o usar alguna aplicación, te permitirá llevar un control más juicioso de ellos y darte cuenta de en qué te gastas tu dinero. 
  • Gasta menos de lo que ganas: de esta manera te aseguras de mantener tu nivel de endeudamiento en el mínimo y podrás contar con dinero para ahorrar.
  • Recorta gastos: revisa el Excel o la aplicación y elimina todos aquellos gastos que sean prescindibles. Es importante que seas honesto/a contigo mismo/a y hagas un recorte consciente de que, a largo plazo, será lo mejor para ti.
  • Controla tus “gastos hormiga”: estos son los gastos aparentemente pequeños que tienes en el día a día: el café, los dulces, algún antojo que te dio mientras veías una vitrina, alguna suscripción que no usas, pero al final del mes son un bloque importante de dinero. 
  • Paga tus facturas a tiempo: no dejes que pasen las fechas límites de pago, pues tendrás que pagar intereses por mora.
  • Controla tu nivel de endeudamiento: éste no debería superar el 30% de tus ingresos fijos mensuales.
  • Ahorra: contar con recursos que puedas usar en el momento de un imprevisto o que puedas invertir en un futuro, es un activo que te dará seguridad financiera. Puedes acudir a una cuenta de ahorro programado para que sea más fácil adquirir el hábito. 
  • Planea: organiza tus gastos a largo plazo. Si sabes que en unas semanas vas a hacer un viaje, vas a tener un gasto personal importante o deberás pagar una cuota grande, organízate para que, llegado el momento, cuentes con los recursos completos y no tengas que endeudarte. 
  • Haz gastos inteligentes: en los gastos más grandes que tengas, como la renta, la alimentación o la educación, busca la manera de reducir costos: pagar meses por adelantado, comprar los alimentos al por mayor, buscar rebajas por pronto pago, etc. 
  • Arriésgate a invertir: finalmente, cuando tengas buenos recursos ahorrados, atrévete a hacer alguna inversión que aumente la rentabilidad de tu dinero y te genere ganancias. Por supuesto busca siempre la mejor asesoría para que no termines perdiéndolo todo. 

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