Todos nos hemos sentido alguna vez como el individuo del párrafo anterior y sabemos que esa sensación puede llegar a afectar nuestro estado de ánimo, rendimiento y disposición para desempeñar las funciones que nos corresponden al interior de la compañía para la cual trabajamos.

Es cierto, por otro lado, que no está mal permitirnos experimentar frustración ante una situación laboral de vez en cuando, pero es importante saber cómo resolverla a tiempo para evitar que se vuelva más fuerte que nosotros mismos. Es por esto por lo que vamos a conocer algunas formas de sentirnos más a gusto y combatir el estrés mientras nos estemos desempeñando profesionalmente y que, además, podremos poner en práctica con mucha facilidad.

Consejos para sentirnos mejor en el trabajo

  • Conozcamos los objetivos que tienen nuestras asignaciones: en ocasiones, podemos sentir que las labores que se nos designan son injustas, inoportunas o hasta innecesarias. Sentirlas como una carga será una fuente de estrés y desmotivación. Tomémonos el tiempo de entender cómo aportan a nuestra empresa a corto, mediano y/o largo plazo, así nos sentiremos parte activa de sus procesos y lograremos un mejor desempeño al interior de ella.
  • Dividamos el trabajo en tareas más pequeñas: si sentimos que no sabemos por dónde iniciar una asignación laboral o de dónde vamos a sacar el tiempo para realizarla, no nos dejemos ganar por la frustración y tomémonos unos momentos para analizarla con calma y dividirla en tareas más pequeñas para ir avanzando en ella progresivamente. Ponernos plazos fijos para terminar cada una de estas tareas también nos ayudará mucho.
  • Durmamos bien: mantengámonos llenos de energía cuando estemos en el trabajo. Para ello, tengamos una adecuada higiene del sueño durante la semana. La recomendación es que durmamos ocho horas diarias ininterrumpidas para reponernos física y mentalmente.
  • Realicemos ejercicios oculares: hoy en día, trabajar significa pasar varias horas frente a un computador y esto puede resultar agotador e influir en nuestra actitud hacia el trabajo. Descansemos nuestra visión por unos segundos con ejercicios como parpadear constantemente para humedecer nuestros ojos y observar alternativamente un objeto cercano y uno lejano.
  • Hagamos pausas activas durante la jornada: al trabajar frente a un computador, no solo se afectan nuestros ojos, sino también nuestra espalda y cuello. Una recomendación que suele hacerse es la de tomar una pausa activa de cinco minutos por cada 45 trabajados para pararnos, estirar y caminar un poco. ¡Activemos nuestro cuerpo varias veces al día y renovemos nuestra actitud ante el trabajo!

Como vemos, estos consejos son muy sencillos, pero, una vez comencemos a aplicarlos, notaremos que contribuirán a nuestra felicidad y tranquilidad mientras estamos en horario laboral.

¡Ahora estamos un paso más cerca de manejar adecuadamente el estrés en una de las facetas esenciales de nuestras vidas! Conoce más información aquí.

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